Es la ley que ampara la actitud de los
líderes sindicales, consagrada en nuestra constitución, que siempre buscan
trabajar menos y cobrar más sin tener en cuenta, le importa un rábano son
comunistas profundos, la viabilidad de la empresa que “es quien crea los
puestos de trabajo”, mientras ellos viven como dioses.
Parece ser que Nissan se va de la Europa Continental para
centrarse en EEUU y Asia. Aunque al parecer se mantendrán en el Reino Unido.
Los máximos protagonistas de la situación, naturalmente son los sindicatos que
apelan a “las movilizaciones para hacer cambiar de idea a la empresa” Ya saben
eso de hacer barreras con gomas quemadas para llamar la atención y joder a las
personas que quieren trabajar. Antes del virus, la producción de la fábrica,
estaba ya en un cuarto de sus capacidades, y los sindicatos, ya estaban en
huelga “preventiva”. Hoy es Nissan pero no es la primera y por supuesto, no
será la última.
El comité de empresa exigió, si exigió. Proponer, dialogar,
son palabras desconocidas para estos señores a los que la legislación española,
prácticamente los convierte en dueños de cualquier empresa en la que haya
sindicatos. Exigió a la dirección de Barcelona un “desmentido inmediato” al
enterarse del cierre. De otro modo “Una vez más, Nissan demostraría que se está
riendo, de sus trabajadores y de las administraciones”. Antes de iniciarse la
puesta en funcionamiento de la fabrica tras la parada por el virus, ya exigían,
siempre exigen, unas condiciones como si la venta de coches fuera una ciencia exacta
y los ingresos de la empresa estuvieran garantizados si o si. Estos señores no
se enteran que si no hay beneficio la empresa tiene que cerrar y los contratos laborales, deben y tienen que
ir en paralelo a estas circunstancias.
El Comité de Empresa, en general los más capacitados para
cabrear, sigue argumentando que las administraciones públicas tienen que
defender a su pueblo y lo tienen que hacer hasta las últimas consecuencias, ya
que si cae Nissan puede ser la primera de muchas, los mas insolidarios pidiendo
solidaridad. Tras estas declaraciones, las administraciones publicas más
cercanas y también las lejanas, las mismas que han estado hasta ayer
respaldando a estos vándalos, se exculpaban; “Todos juntos venimos trabajando
desde hace más de un año en medidas que favorezcan la inversión necesaria para
garantizar el futuro de la planta, y así han sido transmitidas a la empresa al
máximo nivel y de forma continua e intensa durante los últimos meses. Nissan
Motor Ibérica es una empresa emblemática de nuestra industria y el Gobierno de
España va a defender su capacidad industrial y a sus trabajadores”. La
consejera de empresa de Cataluña pidió a Nissan, ja, ja, ja ; lealtad
y claridad y declaró “que no tira la toalla en su objetivo de mantener los
empleos y la actividad de Nissan en Catalunya. Están en juego muchos puestos de trabajo y
seguiremos persistiendo y firmes”. Al parecer para políticos y sindicalistas
catalanes, las tensiones nacionalistas las imágenes de Barcelona en llamas, no
son motivos para que esta empresa ni ninguna otra puedan perder la fe en un
futuro en esta ciudad.
Ya conocen lo “del huevo y la gallina”, pues bien esa misma
dicotomía no se da en empresa-trabajador, si no hay beneficio una empresa no
puede subsistir. Si fuera de productos o servicios básicos, el Estado tendría
que asumir el coste como de hecho hace con el Transporte Público. No son
los insoportables precios de las energías que también, no son los costes de
Seguridad Social porcentualmente de los más elevados del mundo y que además
apenas cubre una mínima parte en caso de baja de un trabajador, no son los
altísimos impuestos y la indefensión ante la Agencia Tributaria que también, no
son la infinidad de inspecciones de todo tipo desde la administración pública para
sancionarla y criminalizarla que también, no es la burocracia desmedida para
cualquier cosa que también; Es la ley de relaciones laborales que protege
siempre al trabajador y criminaliza siempre a la empresa. Esa misma ley que
ampara la actitud de los líderes sindicales, consagrada en nuestra constitución
–tras cuarenta años de existencia de la misma, aún no se ha elaborado la ley de
huelga- que siempre buscan trabajar menos y cobrar más sin tener en cuenta, le
importa un rábano son comunistas profundos, la viabilidad de la empresa que “es
quien crea los puestos de trabajo”, mientras ellos, viven como dioses.
Faustino.
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