Vivimos en
democracia, una fórmula de gobierno que se define como “el gobierno del pueblo,
por el pueblo y para el pueblo” Sin embargo, hoy en España somos muchos los que
afirmamos que esta definición no es del todo exacta a la forma de gobierno que
tenemos. Dentro de los que piensan que no hay paralelismo entre la forma de
gobierno y esa definición, no hay unanimidad a la hora de diagnosticar esta
situación. Hay quien piensa que el modelo actual es fruto de la “Partitocracia”
o fórmula de gobierno en la que los partidos se han adueñado de la
representación popular, actuando en su propio beneficio y en muchos casos
contra el pueblo. Hay otros que piensan
que el intervencionismo económico, propiciado desde las administraciones
públicas, es quien ha dado al traste con lo que podría ser una verdadera democracia.
Desde que se
inició este régimen, se ha legislado siempre contra la pequeña empresa y en beneficio de las grandes. En unos pocos
años hemos visto como la concentración empresarial, IBEX-35, maneja el 40% del
producto interior bruto que unido al otro cuarenta largo que maneja el sector público,
solo deja para la libre economía, un muy
escaso 20% del total. Todos los sectores estratégicos de la sociedad y que
venden productos de consumo obligado están oligopolizados en teoría pero
monopolizados en la práctica. Ninguna empresa de ningún oligopolio, le hace
competencia a otra del mismo sector, se ponen siempre de acuerdo para avasallar
cada vez más y mejor al consumidor. Recuerdan la infinidad de bancos que había
al comienzo de este régimen y como se hacían
la competencia ofertando dinero más baratos y con mejores servicios. Recuerdan
la infinidad de gasolineras cada una con
un precio y compitiendo en servicios. Recuerdan la infinidad de tiendas mayores
o menores de distribución comercial. Por otro lado, los monopolios que antes
fueron del estado, también han pasado a manos privadas para funcionar de la
misma forma ya descrita. Esta concentración económica nos ha traído una
democracia de muy baja calidad, son muchos los que dicen que ni siquiera es
democracia y con ello, una importante precarización del mercado laboral.
Las grandes multinacionales son las únicas
empresas con capacidad económica para invertir de forma importante en los
medios de comunicación. Este dinero que le dan a los medios para una
“publicidad que no necesitan por carecer de competencia y tener su producto
vendido de antemano” tiene como objetivo el adoctrinamiento sobre la población
de una parte y para silenciar los abusos que estas ejercen contra el consumidor
de otra. El medio de comunicación que no se preste al juego, no recibirá
publicidad y por lo tanto, desaparecerá.
En cuanto a lo
laboral; el dueño de un restaurante,
diariamente tiene que ofertar un buen servicio, calidad y precio, para
que sus clientes no se le vayan a la competencia. En la misma situación están
todos aquellos que gestionan sus pequeñas
empresas o establecimientos comerciales. Cada día del año son examinados por
sus clientes, por lo que se cuidaran mucho de tener a los mejores
profesionales.
Esta situación súper competitiva de las
pequeñas empresas (liberalismo económico) en nada se parece a la situación de
las grandes (Neoliberalismo o Capitalismo de amiguetes) debido a la “no
competencia entre ellas” lo que da lugar a que minimicen dar ; ni buen precio,
ni buen servicio, ni buena calidad. Nos obligan cada vez más al autoservicio, de ahí el que no dejen de
reducir el número de puestos de trabajo. Por otro lado, esta carencia de
competitividad da lugar a que tampoco necesiten de buenos profesionales, lo que
dará paso a que en la mayoría de los casos, se nutran de enchufados carentes
del más mínimo merito profesional, los beneficios, están garantizado por el BOE.
Faustino Rodriguez Ortega.
Tomares 41940(Sevilla) 27.287.295-A
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