Recientemente leí una novela publicada por Jirones de Azul sobre un imaginero de la semana santa de Sevilla. Su humildad y el amor a Dios marcaban su vida y su forma de crear imágenes. Esa humildad y ese amor son los que han hecho posible que cinco siglos después se siga viendo y elogiando la grandiosidad de aquel portento artístico que nos legó imágenes como El Gran Poder, El Cristo del Amor o el de la Conversión entre otros. Naturalmente me estoy acordando de Juan de Mesa.
La semana santa de Sevilla se caracteriza por el arte tan grandioso que se refleja en cualquiera de las ramas que se dan en esta expresión religiosa-cultural: Imágenes, bordados, orfebrería, flores y como no, en su música. Tenemos magníficas composiciones que largamente han traspasado nuestras fronteras, siendo conocidas en buena parte del mundo civilizado. Recuerdo a un músico ingles de la filarmónica de Londres, sorprendido por la calidad de esta música tras interpretarla para la película que se rodó sobre nuestra semana santa del año 92.
Hoy mas que nunca seguimos teniendo aquí en Sevilla muchísimos personajillos que desgraciadamente cuentan con gran apoyo mediático que intentan vulgarizar nuestra grandiosa Semana Santa en el apartado de las composiciones musicales. Composiciones en la mayoría de los casos para bandas de cornetas y tambores. Al parecer se les ha olvidadazo a estos “compositores” que el motivo fundamental de la música es provocar una cadencia regular con el tambor para que los costaleros puedan hacer mejor su trabajo y ya sobre esta cadencia debe “vestirse” la composición. La mayoría de la composiciones a las que me refiero son auténticos conciertos de pitos (es así como se les denomina a las cornetas en ese mundillo) donde al parecer lo fundamental es hacer constar quien tiene mas potencia al la hora de soplar la corneta. Olvidándose totalmente del principal objetivo de estas composiciones musicales y si no que le pregunten a los costaleros que se las ven y se las desean para poder coordinar el paso bajo la trabajadoras.
Afortunadamente, ya el pasado año se escucharon algunas críticas en algunos medios sobre estas composiciones que seguramente serán el preludio de la desaparición de esta moda y de esos personajillos. El paso del tiempo nuevamente, conseguirá que solo perdure, por el bien de nuestra semana santa, lo auténticamente hermoso.
Pages
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
0 comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.