ECONOMIA CIRCULAR Y NEGOCIO

lunes, 12 de abril de 2021


 


Ya entonces practicábamos “la economía circular” el casco de las bebidas se reutilizaba y se reutilizaba y se reutilizaba y cuando ya estaba muy deteriorado, el propio envasador lo mandaba al fabricante, lo fundía y se lo devolvía otra vez, listo para estrenar

Hace más o menos treinta años, aquí en España se desató la fiebre por la optimización en la recogida y eliminación de residuos. Como en todo, alentada porque en Europa, ya iban muy por delante. Más o menos coincidió con el despertar en nuestras conciencias, en cuanto a la preservación del medio ambiente.  De igual manera, se inició la gran industria del reciclaje, la cual ha avanzado tanto que, por fin, “la economía circular” es la meta final que como en tantas otras cosas y con eso del neolenguaje, que no, es más, que lo que ya hacíamos, antes de que despertaran nuestras conciencias. Naturalmente y en paralelo se abrió un nuevo nicho de mercado, en el que el administrador público es el verdadero gran beneficiado.

Faustino, coge los cascos y ve a casa Paco a por la casera y el vino, era mi madre mandándome a la tienda. Todo el que tenga cierta edad, conocerá perfectamente de lo que hablo. Lo sabe, pero muy probablemente no sabe que ya entonces practicábamos   “la economía circular” el casco de las bebidas, se reutilizaba y se reutilizaba y se reutilizaba y cuando ya estaba muy deteriorado, el propio envasador lo mandaba al fabricante, lo fundía y se lo devolvía otra vez, listo para estrenar. Efectivamente, mientras se reutilizaba y se reutilizaba, ese envase, no cotizaba al fisco, mientras que, si va a la basura y no se reutiliza, el suplente y el suplente del suplente, paga, paga y paga impuestos. Igual que con esos envases, sucedía con casi todos los productos que utilizábamos.  Así fue hasta que nos impusieron la filosofía de “Usar y tirar”.

Allá por el año 2.008-9 se recibió en mi pueblo una subvención de la Diputación de Sevilla por valor de 300.000 euros (50 millones de pesetas) para la instalación de sistemas de contenedores de recogida de residuos, soterrados, en teoría para aminorar el impacto visual de los contenedores de superficie. Han pasado más o menos doce años, desde la instalación de aquellos, pues bien, el mismo órgano institucional, nuestra Diputación Provincial, les recuerdo que se nutre totalmente de nuestros impuestos, ha dado otra subvención, ahora para la retirada de los mismos. Al parecer, esa forma de almacenamiento de residuos, ralentiza y encarece mucho la posterior recogida.

Hasta que los poderes ocultos, no descubrieron el nuevo nicho de negocio, no se “preocuparon” de concienciar a la sociedad de lo importante que era la preservación del medio ambiente que, además, fue cuando comenzó de verdad el gran deterioro del mismo, y en una época, en la que, sin darnos cuenta, lo respetábamos. Entre otras cosas; Producíamos infinitamente menos residuos que hoy, íbamos andando a todas partes y la bicicleta, además de tener su parte lúdica, era un verdadero medio de transporte “La defensa del medio ambiente” casi fue, lo hemos visto en muchas películas, la estrategia más adecuada de distracción, para un gran negocio, hoy a pleno rendimiento, y en colaboración con los poderes públicos.

Faustino.

Publicado en eldiestro.es

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