Los fallecidos en las
residencias de mayores, han muerto abandonados en sus habitaciones. A ninguno,
que se sepa, le han hecho autopsia, habrán muerto por el corona-virus, podría
ser, por inanición, tristeza o por gripe
Domingo de Ramos
y dada la situación de confinamiento que padecemos, como es natural no se ha
celebrado los tradicionales desfiles de Semana Santa, en ningún lugar de España.
Es por ese motivo que ante esta ausencia, por ahogar un poco mi afición y amor
a esta forma de conmemorar este día tan
grande para los cristianos, como lo hacemos en Sevilla, tras el almuerzo, me he
puesto esa maravillosa película de hace sesenta años -en Trece Televisión, la
de los obispos, ponían una película del
Oeste que me pareció, que incluso era, la pase muy rápido, en blanco y negro- para mi tan actual, como es Ben Hur, dirigida
por William Wyler y como protagonista principal a Charlton Heston. Es una
exaltación extraordinaria, aunque quizás un poco escasa, de la figura de Cristo
y en la que el director, no pierde la oportunidad para mostrarnos a los pies de
la cruz y mientras Cristo era crucificado, el regocijo del Sanedrín Judío de “entonces” ante tan trágico e injusto acontecimiento.
A mitad de la
película, me llamo por teléfono un amigo, algo más que octogenario y con
importantes problemas respiratorios. Paré la película y nos pusimos a
conversar. Tras actualizarnos sobre “el tema” y ya entrando en lo personal, me
decía que desde antes que se decretara el Estado de Alarma, no sale a la calle,
una simple gripe, podría costarme la vida, imagínate con la que esta cayendo
con el nuevo virus. Habrás escuchado, la
de mayores que se están muriendo en las residencias. Claro, no dejan de decirlo
en las noticias –le respondí, tomando yo
la palabra-. Pero te voy a hacer una reflexión, que por ser como soy, se me
viene a la cabeza, cada vez que escucho noticias sobre lo que sucede en esas residencias;
Como bien
sabes, conozco bien el funcionamiento de la residencias de mayores, por haber
tenido familiares muy cercanos en las mismas. La temporada de otoño-invierno de
2.017-18, en la que hubo en España 21.000 fallecidos por afecciones gripales, lo
he sabido en estos días, porque lo contrastaban en algún medio con la pandemia
en cuestión, porque desde luego, por entonces, que yo recuerde, no fue noticia.
Yo iba con cierta frecuencia para visitar a mi familiar. Hubo residentes que
cogieron la gripe, pero no fueron más
que pequeñas incidencias fuera de la normalidad. Las abuelitas -digo abuelitas por que al menos en las
diferentes residencias a las que he visitado la proporción de residentes era
siempre de más del noventa por ciento de mujeres, en muchas ocasiones, no hubo
ni un solo residente varón- que cogían el virus, pasaban los días en sus
correspondientes habitaciones, no salían a las salas comunes, donde eran cuidadas aún si cabe, más
singularmente por las cuidadoras de la residencias. Cuidadoras, que les dan un trato, casi más familiar que el que
puedan recibir en sus propias casas. Seguían recibiendo las visitas de sus
familiares, en algunos casos, incluso con mayor frecuencia, mostrándose más
cariñosos y mas detallistas que de costumbre. En la gran mayoría de los casos,
se recuperaban y volvían a la rutina.
Pero
ahora, amigo mío, imagina como se hubieran dado esa misma situación si en
aquella temporada otoño-invierno 1.917-18, hubiera habido un engaño desde altas
instancias, algo parecido con lo que hacen en la película “Encuentro en la Tercera
Fase” de Spielberg de 1.977, para evitar que la gente se acercara a la zona donde
se produciría ese encuentro, y tantas otras circunstancias muy coincidentes que
hemos visto en muchas películas. Un estado
de alarma provocado por “la llegada de un nuevo virus, como una gripe, pero más
peligroso. Con todas las recomendaciones que nos están imponiendo estos días;
Confinamiento en nuestras casa y prohibiéndonos ir al trabajo, colegios
cerrados etc. Con controles policiales por doquier y el ejercito desplegado por
las ciudades. Con muchos operarios desinfectando las calles vestidos de
astronautas. Y bombardeándonos los medios de comunicación de que el
apocalipsis, esta próximo. En definitiva, sembrando alarma y miedo. Pero solo
imagínalo.
Lo
que hubiera sucedido en las calles y en general, ya lo sabemos, lo estamos
viendo y viviendo hoy. El modo de comportamiento en las residencias de mayores
entonces, y aunque fuera un engaño, no hubiera
sido el descrito con anterioridad. Hubiera sido muy diferente. Aquellas cuidadoras, es humano, se comportarían
de muy diferente manera. En la mayoría
de los casos, cobran el sueldo mínimo; Entrarían o no, en las habitaciones de
los contagiados, o los mismos residentes que comparten habitación, no creo que
tuvieran el mismo comportamiento. Los médicos, no creo que tenga que recordarte
que no acuden, aún siendo llamados. Y los familiares; no harán visitas, incluso en la enfermedad de su pariente, ni
sin estarlo, podría contagiarlo otro residente. Pensarían que era mejor quedarse en casa hasta que esto pase.
Estimado
amigo, ya hoy, según las noticias, los fallecidos en las residencias de mayores,
han muerto, en muchos casos, abandonados en sus habitaciones. A ninguno, que se
sepa, le han hecho autopsia, habrán muerto por el corona-virus, podría ser, por
inanición, tristeza o por gripe. Lo cierto y verdad es que aquella temporada
como he dicho antes, murieron por gripe 21.000 personas. Mientras escribo esto,
por corona-virus van algo más de 12.000 y curiosamente, desde que comenzaron
las muertes por el nuevo virus, al menos yo, no consigo enterarme cuantos lo
han hecho por gripe.
Faustino.
publicado en eldiestro.es
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