El decreto podría haber sido mucho más
respetuoso con el libre movimiento de las personas -ampliamente protegido por
la constitución y por lo que muchos juristas, que callan, difieren de la
legalidad del mismo - por supuesto exigiendo a su vez el total y absoluto
respeto a terceros
Va usted al
metro y está casi masificado según la hora, va a una tienda de la Gran
Distribución y según el momento, puede estar abarrotado de gente y donde la
autoridad pública delega la protección de contagio en el personal de la tienda.
Podría reflejar más situaciones en este sentido, pero ahora mismo no me
acuerdo.
Ayer en la emisora
de radio que escucho, la puse una vez empezada la entrevista a un señor, al
parecer máximo responsable de vigilar el cumplimiento de dicho decreto en la vía
pública en Madrid, me recordó -por las exigencias expuestas en el
cumplimiento de la norma, buscando siempre aspectos que a mi forma de entender
la sobrepasaba de forma alarmante- a un comisario político de la vieja
escuela del marxismo-comunismo de principio del pasado siglo. Tras escucharlo y
al recordarnos el volumen de euros por
violar la norma “desde su punto de vista y para mi, de lo mas sibilino” se me quitaron las ganas de salir a comprar,
sacar al perro o incluso ir a tirar la
basura. Según la apreciación de ese señor se estaba cumpliendo bien la norma o
no, dependiendo de como lo viera o lo entendiera el vigilante correspondiente
en cada situación.
Soy incapaz
de entender que se puedan admitir las concentraciones mencionadas y por el
contrario, se pueda sancionar el hecho de que una persona sola por la calle, ya
paseando, haciendo footing, paseando en bicicleta, paseando por el parque, fumándose
un cigarrillo o que un padre o una madre saque a pasear a un hijo e incluso dos,
en todos los casos manteniendo siempre una distancia razonable de terceros y a
la vista de las autoridades ya desplegadas a este efecto, sea sancionable y no
lo anterior. Llegó este señor a decir que si dentro de un patio de una
comunidad de vecinos y desde la calle, a través de las rejas se veía a niños
jugando, también era sancionable por mucha zona privada que ya con el Estado de
Alarma, no lo era.
La
incapacidad de los políticos de hoy es manifiesta; Ayer también era noticia que
en un pueblo de Sevilla se había limitado el horario para sacar de paseo a los
perros. Una hora por la mañana temprano y otra por la tarde. Evidentemente esta
norma, obligaba a concentrar en las calles del pueblo y a una misma hora a toda
la población canina, y naturalmente acompañada por sus dueños. En mi caso,
incrédulo ya por castigo, soy de los muchos que piensa que tras el decreto
señalado, hay algo más. El decreto podría haber sido mucho más respetuoso con el
libre movimiento de las personas -ampliamente protegido por la constitución y
por lo que muchos juristas, que callan, difieren de la legalidad del mismo -
por supuesto exigiendo a su vez el total y absoluto respeto a terceros.
Faustino.
Publicado en eldiestro.es
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