EL CUARTO PODER ESPAÑOL

martes, 17 de marzo de 2020




Las instituciones públicas españolas, todas, carecen de la mas mínima garantía,  para hacer su trabajo de forma leal e independiente porque así lo ha querido el poder político

En el día de ayer la presidenta de la Comunidad de Madrid envió una carta a la jefa de Televisión Española, Rosa María Mateos, quejándose del reportaje sobre el virus que hizo su televisión pagada por todos los españoles. Al parecer, no veo televisión, la noticia consistió en entrevistar a un enfermero o similar, sindicalista más que reconocido y podemita profundo, el cual se expresó en función de su trayectoria ya reconocida. Con la intención de hacer creer que fuera una opinión reconocida y representativa, la televisión además de hacer ver que era alguien importante en la gestión del hospital de La Paz, evitó dar información alguna sobre el  mencionado sanitario. Ningún rotulo, aún menos entrevistar a nadie más para poder contrastar distintas opiniones.
Los medios menos alineados con la “corrección política” hicieron noticia del hecho pero como cosa puntual. No escuché a nadie preguntar ni preguntarse porque se puede dar esta situación -En infinidad de ocasiones he afirmado que las instituciones públicas españolas, todas, carecen de la mas mínima garantía, porque así lo ha querido el poder político,  para hacer su trabajo de forma leal e independiente. En general los miembros de las mismas, tienen que actuar en función del nivel de agradecimiento debido- Ni siquiera estos medios, llegaron a cuestionar; como un trabajador puede permitirse hablar  mal y mentir -en este caso, de un tema de tanta trascendencia- de la empresa que le da trabajo y además le paga.
“Con la iglesia hemos topado” se hubiera dicho en otras épocas. Cambien iglesia por sindicato, y ya está actualizada la frase. Los sindicatos, a pesar de carecer de representación popular, ya no los votan ni sus propios afiliados que cada vez son menos, el poder político siempre los sienta a la mesa de decisiones importante para el pueblo. Sean o no gestiones que tengan que ver con las relaciones laborales. A través de los “convenios colectivos” se adueñan de las empresas que no podrán hacer el mas mínimo movimiento sin que den el visto-bueno. No se aprobara una ley sin que pase por sus manos. Y naturalmente, los representantes sindicales en las empresas están blindados, es del todo imposible despedirlos.
No me canso de decir que tenemos un “régimen sindicalista” gracias al poder que el ejecutivo le ha dado a estos colectivos desde el inicio del actual régimen. Los gobiernos social-demócratas los han visto como sus mejores aliados por su capacidad para movilizar a su gente y dado que en general los intereses son comunes. Por el otro lado, los gobiernos en teoría liberales a pesar de saber que eran sus peores enemigos, no han sido capaces nunca, de enfrentarse a los mismos y ponerlos en el lugar que les corresponde y les mantenían las extraordinarias prebendas que otros gobiernos les otorgaban. Una situación parecida al gobierno de Rajoy cuando llegó al gobierno y se encontró con todo lo que hizo el innombrable, que no solo no lo derogó si no que en muchos casos, lo potenció. Como verán, nada nuevo; Ándeme yo caliente y ríanse la gente, y al pueblo, que le den!!

Faustino.
Publicado en eldiestro.es


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