La ausencia de protagonismo de capataces
en los micros de radio y tv y de pitidos de cornetas, de imposible seguimiento
para el paso de los costaleros, han
hecho, una jornada diferente de Jueves
Santo
La grandeza
de la Semana Santa de Sevilla se debe a la infinidad de detalles que en ella
confluyen. Además de la calidad artística de tallas, orfebrería, bordados y
hasta de la cerería, grandiosas composiciones musicales y la forma de llevar
los pasos, se da también un contraste importante entre las distintas
hermandades. Las hay luto, equiparable a
las más serias de Castilla pero también las hay de capa con importante e
incluso alegre acompañamiento musical con movimiento de pasos acompasados con
la música. El Gran Poder y La Macarena, podrían ser quizás un buen ejemplo muy grafico de este contraste.
Tengo que
reconocer que he sido y soy un gran amante de la Semana Santa de Sevilla. Sin
embargo, el paso del tiempo me hace verla hoy de forma muy diferente a como la
vi en otros tiempos. Cuando era más joven prefería ver el paso de cofradías con
música y cuanto más alegre, mas me gustaban. Una “mecía” de un paso-virgen a
ritmo de una de las grandes marchas de las de siempre, me hacían llorar de
emoción. Con el paso del tiempo he ido descubriendo mayor merito en las de luto
a la vez de hacerme más exigente con las demás.
Siempre he
presumido de tener un buen oído para la música. Pero…al parecer con las
numerosas y recientes composiciones musicales, me está pasando como me pasa con
el arte abstracto en la pintura, no entiendo nada. Puede que sea también la
edad, pero en las nuevas marchas de vírgenes o de paso-palio, en la
mayoría, solo escucho marchas hechas de
recortes de las de siempre, en raras ocasiones escucho algo nuevo, muy alejadas
de lo que mi oído está acostumbrado, tras muchos años, escuchando otro tipo de
marchas de semana santa. En cuanto a las nuevas de cornetas y tambores para los
paso-cristo es aún peor, siendo como he sido costalero, en ellas echo de menos
el redoble del tambor en el que siempre se han apoyado las anteriores
composiciones y del todo necesario para que el costalero no pierda el paso en
la trabajadera, además de pitidos
extra-largos de cornetas en los que se reconocen la gran capacidad del que la
toca pero muy distante de los que buscamos armonía entre la música y el
movimiento del paso.
El pasado
Jueves Santo y debido a la lluvia, varias hermandades se vieron obligadas a no
poder hacer su estación de penitencia a la catedral. Casualmente, las tres
hermandades que pudieron realizarla, fueron de las denominadas de luto; La
Quinta Angustia, El Valle y por último la hermandad de Pasión. La ausencia de
protagonismo de capataces en los micros de radio y tv y de pitidos de cornetas,
de imposible seguimiento para el paso de
los costaleros, han hecho, una jornada
diferente de Jueves Santo. Como decía al principio, la Semana Santa de Sevilla,
se la puede ver y oír desde infinitos puntos de vista.
Faustino Tomares.
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