LA IMPOCISION DEL SALARIO MINIMO O LA INCAPADIDAD DEL GOBIERNO PARA GESTIONAR

lunes, 5 de agosto de 2013


Recientemente el gobernador del banco de España señor Linde declaraba que había que hacer desaparecer el salario mínimo. Hoy he leído que Alemania está estudiando imponer ese salario, pues allí no existe como en ningún otro país donde la economía funciona y da lugar a una sociedad de buen nivel de vida y de buena  convivencia. En la letra menuda de la noticia, se sigue leyendo, que es el partido socialista y  los verdes los que intentan que cuaje, para nada el gobierno, resultaba extraño.

                Esta forma de intervencionismo público es mayor y peor que el que se daba en las empresas de la Rusia comunista, no olvidemos que en Rusia, el dueño de la empresa era el Estado. Aquí en España el dueño de la empresa es un particular que en muchos casos se ha entrampado hasta donde le han dejado, además de empeñar todos sus bienes.

 No se puede implantar por ley, un sueldo sin tener en cuenta las posibilidades económicas de las empresas. Salvo que el Estado también garantice la viabilidad económica de la misma. Hay sectores económicos que para sacar un sueldo hay que echar quince horas siete días a la semana mientras que en otros con echar treinta horas se saca el sueldo, de esto sabemos bastante los Autónomos. Por mantener un salario mínimo (aumentado en muchos casos por los convenios colectivos) se han cerrado infinidad de empresas en España y se cerraran muchas más,  porque en una jornada laboral de cuarenta horas y en la situación actual, no pueden pagar ese sueldo mínimo. Mientras, hay otras  en la que el sueldo podría ser muy superior.

El estado o interviene para garantizar el beneficio de las dos partes, empresa y trabajador (comunismo) o en ninguna (economía liberal). Sin embargo este Gobierno y todos los anteriores, del todo ineficaces, que impone el sueldo mínimo de los trabajadores a la empresa sin importarle el resultado final de esta, tiene en sus manos el poder garantizar el equilibrio económico entre las partes. Y es apoyando mediante exenciones fiscales de todo tipo y de Seguridad Social a los sectores más deprimidos y necesarios para la sociedad (por ejemplo y a “grosso modo” todo tipo de empresas que generan productos para la exportación) y penalizando de la misma manera a esos otros sectores que son perjudiciales económica y socialmente (todo tipo de empresas que encarecen el producto final de las mencionadas en el apartado anterior, especialmente las que regulan y fiscalizan y que en la mayoría de los casos dependen del mismo gobierno) Este modelo económico, tendría como consecuencia una economía productiva mucho más competitiva donde los buenos trabajadores se lo rifarían las empresas y donde el mayor beneficio empresarial daría lugar a una mayor masa salarial con mayores salarios como suceden en los países del mundo desarrollado, donde existe este modelo económico y donde no existe salario mínimo.

Hecho estos razonamientos haré otro que grava aún más la perversidad de nuestro gobierno. Las cuotas que pagan las empresas a la Seguridad Social, son del todo abusivas pues a pesar de lo que se paga, no ofrecen apenas protección a la empresa cuando el trabajador se da de baja. El motivo es que la mayor parte de estas cotizaciones es simple y llanamente una forma más de recaudar pero esta vez solo de las empresas. De ahí ese sueldo mínimo impuesto desde el poder que  no es ni más ni menos para alimentar la voracidad recaudatoria del Estado.

En definitiva, la incapacidad de nuestros gobernantes, el pliegue a las multinacionales con importantes intereses económicos, el rédito electoral a corto plazo e incluso “La paz social con los sindicatos” han dado lugar a la perversión de este modelo económico del todo inviable y que nos lleva directo a la ruina.

Faustino Rodriguez.