Los derechos del
trabajador están enfrentados a los del Autónomo que al parecer, carece de
ellos.
Los gastos añadidos y otros derechos
a ese salario hacen imposible la viabilidad de estas empresas
Estamos
viendo todos los días como van cerrando multitud de pequeñas empresas por ser
imposible la viabilidad económica de las mismas. Es cierto que ha bajado de
forma importante la facturación de las mismas pero no es ese el motivo
fundamental en el cierre. Hemos tenido unos años de notable crecimiento
económico en los que los salarios han crecido de forma importante al ir de la
mano a la subida del I.P.C con el que también iban parejos los beneficios
empresariales. Actualmente mientras que el I.P.C. sigue creciendo aunque de
forma más moderada, los beneficios de las empresas no dejan de bajar estando
infinidad de ellas en perdidas. Sin embargo los salarios obligados por los
convenios colectivos, muy por encima del salario mínimo, siguen subiendo la
mayoría de las veces. Estos salarios y la imposibilidad para despedir en muchos
casos son en gran parte los culpables de esta situación.
A día de hoy mientras el trabajador
por cuenta ajena tienen por ley garantizado su salario. El Autónomo-Pyme esta a
expensa de la posible rentabilidad final de la empresa para poder cobrar su
salario y la amortización de la inversión efectuada. En la mayoría de los casos
en este tipo de empresas, hoy, es del todo imposible rentabilizar la
amortización y en muchos casos imposible del todo que el autónomo pueda sacar
un sueldo siquiera equivalente al salario mínimo.
A pesar
de todo no es el salario (el efectivo neto que se lleva el trabajador) por si
solo lo que conlleva la ruina de la empresa sino los costes añadidos
principalmente de Seguridad Social y las mejoras sociales que conllevan:
vacaciones y las bajas por enfermedad en las que el trabajador sigue cobrando
la totalidad del sueldo y la empresa no recibe ninguna protección desde la seguridad social salvo que se prolongue
al menos quince días para recibir entre un sesenta y un setenta por ciento del
sueldo, mientras los demás costes se
mantienen igual.
Se podrá
pensar que la solución es despedir pero en la mayoría de los casos los
Autónomos-Pymes no tienen capital para indemnizar. Salvo una muy pequeña
porción de estos empresarios, la mayor parte de ellos ha invertido los
beneficios en la misma empresa y otra buena parte de ellos, no han amortizado
la inversión, solo han sacado para ir
viviendo. Con estas circunstancias la única salida que este gobierno está
dejando a estos Autónomos-Pymes es el cierre de su empresa. Mientras llega ese
desenlace, los empleados asistidos por la legalidad exigen al autónomo unos
derechos que para este son de imposible
cumplimiento. Lo que está favoreciendo la crispación dentro de la empresa y el
futuro cierre de la misma.
La falta
de sentido común en nuestros gobernantes y el mantenimiento de las mamandurrias
en ciertos colectivos sociales, añadido a la voracidad fiscal especialmente vía
Seguridad Social, hacen imposible la
negociación entre autónomos-Pymes y trabajadores empresa a empresa que son los
únicos conocedores de la situación real de cada empresa y al parecer los únicos
interesados, unos en no cerrar la empresa y otros en no perder su puesto de
trabajo.
Faustino Tomares. Pte. PYMES Y
AUTONOMOS DE TOMARES