LA IMPOCISION DE UN SALARIO MINIMO ESTA ARRUINANDO A LA PEQUEÑA EMPRESA

miércoles, 14 de agosto de 2013


Los derechos del trabajador están enfrentados a los del Autónomo que al parecer, carece de ellos.

Los gastos añadidos y otros derechos a ese salario hacen imposible la viabilidad de estas empresas

                Estamos viendo todos los días como van cerrando multitud de pequeñas empresas por ser imposible la viabilidad económica de las mismas. Es cierto que ha bajado de forma importante la facturación de las mismas pero no es ese el motivo fundamental en el cierre. Hemos tenido unos años de notable crecimiento económico en los que los salarios han crecido de forma importante al ir de la mano a la subida del I.P.C con el que también iban parejos los beneficios empresariales. Actualmente mientras que el I.P.C. sigue creciendo aunque de forma más moderada, los beneficios de las empresas no dejan de bajar estando infinidad de ellas en perdidas. Sin embargo los salarios obligados por los convenios colectivos, muy por encima del salario mínimo, siguen subiendo la mayoría de las veces. Estos salarios y la imposibilidad para despedir en muchos casos son en gran parte los culpables de esta situación.

A día de hoy mientras el trabajador por cuenta ajena tienen por ley garantizado su salario. El Autónomo-Pyme esta a expensa de la posible rentabilidad final de la empresa para poder cobrar su salario y la amortización de la inversión efectuada. En la mayoría de los casos en este tipo de empresas, hoy, es del todo imposible rentabilizar la amortización y en muchos casos imposible del todo que el autónomo pueda sacar un sueldo siquiera equivalente al salario mínimo.

                A pesar de todo no es el salario (el efectivo neto que se lleva el trabajador) por si solo lo que conlleva la ruina de la empresa sino los costes añadidos principalmente de Seguridad Social y las mejoras sociales que conllevan: vacaciones y las bajas por enfermedad en las que el trabajador sigue cobrando la totalidad del sueldo y la empresa no recibe ninguna protección desde la seguridad social salvo que se prolongue al menos quince días para recibir entre un sesenta y un setenta por ciento del sueldo, mientras  los demás costes se mantienen igual.

                Se podrá pensar que la solución es despedir pero en la mayoría de los casos los Autónomos-Pymes no tienen capital para indemnizar. Salvo una muy pequeña porción de estos empresarios, la mayor parte de ellos ha invertido los beneficios en la misma empresa y otra buena parte de ellos, no han amortizado la inversión,  solo han sacado para ir viviendo. Con estas circunstancias la única salida que este gobierno está dejando a estos Autónomos-Pymes es el cierre de su empresa. Mientras llega ese desenlace, los empleados asistidos por la legalidad exigen al autónomo unos derechos que para este son de  imposible cumplimiento. Lo que está favoreciendo la crispación dentro de la empresa y el futuro cierre de la misma.

                La falta de sentido común en nuestros gobernantes y el mantenimiento de las mamandurrias en ciertos colectivos sociales, añadido a la voracidad fiscal especialmente vía Seguridad Social,  hacen imposible la negociación entre autónomos-Pymes y trabajadores empresa a empresa que son los únicos conocedores de la situación real de cada empresa y al parecer los únicos interesados, unos en no cerrar la empresa y otros en no perder su puesto de trabajo.

Faustino Tomares. Pte. PYMES Y AUTONOMOS DE TOMARES