El
responsable de COAG (Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos
de España) para el sector de la fruta, D. Vicente Lopez se queja de la diferencia
de precios existente entre el precio de la fruta que se le paga a los
agricultores y lo que paga el consumidor en los supermercados, multiplicado por
diez en algunos casos. Se queja de que las normas en los márgenes comerciales
no se cumplen, ni para nada “la oferta” repercute en el precio a pagar a los
agricultores. Una vez más, los responsables de defender a los agricultores,
tiran de demagogia para no defenderlos pero, hacerles creer que si lo hacen.
Aún
tenemos fresco en nuestra memoria la concentración para protestar sobre la
injerencia de la patata francesa en nuestros supermercados-que no en mercados y
fruterías- que se dio en las puertas del Mercado de Triana, a la que asistieron
representantes de todas las organizaciones agrícolas así como representantes políticos
con responsabilidades en el tema. Escribí en su momento sobre el acto y deje
claro el motivo por el que se comercializa en mayor medida la patata francesa y
no la andaluza a pesar de ser aquella de menor calidad y proveniente de cámaras
frigoríficas al estar ya lejos su recolección.
En
aquella ocasión igual que en esta, el problema es el mismo, está provocado por
la concentración de la oferta en apenas cuatro multinacionales que copan el 80%
de la Distribución Comercial. Esta concentración da lugar a que estas
multinacionales impongan al consumidor el producto que le interese
comercializar y a su vez imponer al agricultor el precio. Lejos del precio real
que vendría dado por las existencias y las necesidades del mercado-la oferta y
la demanda- Si los agricultores no venden el producto por el precio impuesto,
su producción se quedará en el campo, no llegara nunca al consumidor y se arruinara.
Así que venderá al precio impuesto aunque este no cubra ni el coste de
producción.
La solución
pasa por eliminar esta concentración de la oferta, que no se da en ningún país de
nuestros vecinos europeos y que aún más se acentúa en Andalucía. Y eso a pesar
de que hace ya muchos años-no sé que fue de ella- se aprobó una ley aquí en
Andalucia para evitar esta concentración. Así que señores de la COAG dejen de
mirar para otro lado, a lo mejor las subvenciones que reciben no compensan el daño
que hacen a los que dicen defender, demás saben quiénes son los auténticos culpables.
Faustino Tomares.
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