UN LIBERAL EN EL ACTUAL CONFINAMIENTO

domingo, 19 de abril de 2020




A esos ciudadanos de a pié que no están de acuerdo con que se limite su libertad hasta el punto de quedar confinado en sus casas sin haber cometido ningún delito e incluso, siendo ciudadanos ejemplares, les cuesta entender esa preocupación de nuestro Estado ante el virus en cuestión y que sea tan permisivo con otras pandemias estructurales que matan a muchas más personas y que se dan de forma habitual

El actual estado de confinamiento que padecemos, está dando, para mucho  hablar y debatir. De un lado, las personas que a pie juntillas y sin dudarlo, aceptan que los gobernantes le vayan marcando el camino a seguir,  y por otro, los que por muchas razones, ya de antemano se lo cuestionan todo. Para los primeros y por su forma de actuar, no hay palabra, dentro de la buena educación y las buenas formas, para definirlos. Los segundos, están ya denominados muy claramente por nuestra lengua  -ya saben, esa que cuida y fiscaliza la Real Academia, porque en España siempre hemos sido monárquicos, y cuyo lema es “limpia, fija y da esplendor”- y  por una palabra muy hermosa, “liberales”.
Hemos leído y escuchado en estos días, a personas muy acreditadas en conocimientos jurídicos, muy pocos, dado el intervencionismo que padecen los medios de comunicación, cuestionando el decreto que nos ha impuesto el confinamiento en nuestro hogares, motivado por el Estado de Alarma, que ya algunos más, han llegado a decir que de hecho, es un  Estado de Excepción. Según estos, se ha vulnerado nuestra constitución en su primer artículo que se fundamenta en la libertad de cada individuo. Los que estamos escalones más abajo, en estos conocimientos, no nos quedamos atrás y lo defendemos en la medida de nuestras posibilidades.
A esos ciudadanos de a pié, entre los que me encuentro;   que no están nada de acuerdo en que se limite su libertad hasta el punto de quedar confinado en sus casas, sin haber cometido delito alguno, e incluso, siendo ciudadanos ejemplares  y muy al contrario, de los que están “encantados” con esta situación; les cuesta entender esa preocupación de nuestro Estado ante el nuevo virus,  y que por otro lado, sea tan permisivo con otras pandemias estructurales que matan a muchas más personas y que se dan de forma habitual y permanente; El TABACO, uno de los venenos que más gente mata pero que genera muchos miles de millones en impuestos. La hipocresía además con la que se le trata es extraordinaria, está prohibido su  consumo en los espacios públicos e incluso en algunos casos hasta en lugares privados, para más, muchas de las muertes que hoy causa el virus vienen provocadas por las afecciones pulmonares que este producto, ha ocasionado a sus consumidores. El ALCOHOL, otro producto que mata a muchísima gente, los médicos nos previenen que buena parte de la juventud, que ya lo es menos, padecerá cirrosis por el abuso desmedido del mismo. Sin embargo, nuestros gobiernos, mas los “progresistas” que los “conservadores” no solo no se han preocupado de erradicarlo o limitar su consumo, muy al contrario, institucionalizaron el concepto y acto de “La Botellona” habilitando incluso espacios públicos para celebración de las mismas por la juventud. Hoy a pesar de que se ha rebajado el fomento institucional de la botellonas, e incluso, se ha prohibido el consumo de bebida en la vía pública, en la práctica, casi en general, se hace la vista gorda, salvo que sea en la puerta de un negocio de hostelería que la policía aprovechara para multar o cerrarle el establecimiento al titular de la industria, pero nunca al que comete la infracción, al consumidor. Por último, por hoy, EL PARO; Todos los leídos y con mínimos conocimientos de economía y que además, evidentemente, no coman de la sopa boba, reconocen que el paro en España es una estrategia política y que indudablemente, es lo que más mata, la que hace que nuestros compatriotas tengan que emigrar en busca de un futuro que aquí se les niega,  o que  conduzca a un estado de marginación social que da lugar a la muerte lenta en unos casos, y  en otros, directamente al suicidio.

Aliñen todo lo anterior con el aborregamiento impuesto a la sociedad mediante la enseñanza; Fundamentada en transmitir  irresponsabilidad, a delegar los problemas siempre en un tercero  y en  la eliminación de la cultura del esfuerzo. Este modelo, les ha llevado a admitir un intervencionismo público desmedido y generalmente, casi  inadvertido que da lugar a que la mayoría de la sociedad, no perciba que pasito a pasito,  la están deshumanizando.

Faustino.
publicado en eldiestro.es

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