Cuanta hipocresía de
hijos delante del micro de un periodista, por la muerte de sus mayores,
rajándose las vestiduras ante el profundo dolor y queriendo limpiar su
conciencia
Mandamos a
nuestros mayores a las residencias y ahora nos quejamos de que en las mismas no
le dan el trato que nosotros les daríamos. Cuanta hipocresía de hijos delante
del micro de un periodista, por la muerte de sus mayores, rajándose las
vestiduras ante el profundo dolor y queriendo limpiar su conciencia, mientras
los periodistas hacen el populismo mas repugnante
y desmedido, haciendo de confesores de lo inconfesable, con el único fin de subir su audiencia y de
paso hacerle campaña electoral a quien corresponda.
Llevamos
muchos años delegando la responsabilidad de nuestros mayores en “papa estado” que muy gustosamente,
ha recogido el testigo. El mismo, que si la paguita de la abuelita no llegaba
para pagar la residencia, ley de Dependencia, colaboraba para solventarlo.
Nuestro actual modo de vida nos impide devolver algo de lo muchísimo que nos
han dado nuestros padres, llegado el momento. El actual modelo de sociedad, nos
impone ingresar mucho, para mejorar
nuestro estatus social, vasado fundamentalmente en la imagen que proyectamos a
los demás y no en nuestra felicidad, y
nuestros mayores pueden ser un obstáculo. Otras veces es porque pueden molestar
para llevar nuestra vida en”familia” sin darnos cuenta, lo que les estamos
enseñando a nuestros hijos y para que en un futuro lo puedan hacer con
nosotros, o simplemente nos molestan, no queremos dedicar tiempo ni energías a
su cuidado, son muchos los que solo se acuerdan de los malos momentos que nos
hicieron pasar, siempre los hubo.
Hoy los
periodistas críticos con el poder, que en general, lo está haciendo fatal, al
errar la dirección de la crítica, vocean la situación que viven nuestros
mayores en esas residencias. Sin entrar de lleno en el funcionamiento de las
mismas, en vez de pedir responsabilidades a los hijos, ahora les interesa más
el llanto de estos. Ya llevamos muchos años viendo como actúa la gente en los
trabajos en los que no tienen motivación, donde se limitan a echar atrás su
jornada, escaqueándose todo lo que pueden o intentando que le afecte lo mínimo
posible en su actividad vital. Pero esto solo lo vemos cuando nos afecta
directamente a nosotros. Los trabajadores de las residencias, mas trabajadoras
que trabajadores, es posible que sean de los que más implicación y complicidad
tengan con su trabajo, con los mayores, pero héroes tampoco son. Después del
miedo y el alarmismo que han fomentado desde el poder, era más que previsible,
la situación que se ha dado en estos centros.
Faustino.
Publicado en eldiestro.es
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