MAYORES EN LAS RESIDENCIAS

viernes, 24 de abril de 2020



Cuanta hipocresía de hijos delante del micro de un periodista, por la muerte de sus mayores, rajándose las vestiduras ante el profundo dolor y queriendo limpiar su conciencia

Mandamos a nuestros mayores a las residencias y ahora nos quejamos de que en las mismas no le dan el trato que nosotros les daríamos. Cuanta hipocresía de hijos delante del micro de un periodista, por la muerte de sus mayores, rajándose las vestiduras ante el profundo dolor y queriendo limpiar su conciencia, mientras los periodistas  hacen el populismo mas repugnante y desmedido, haciendo de confesores de lo inconfesable,  con el único fin de subir su audiencia y de paso hacerle campaña electoral a quien corresponda.

Llevamos muchos años delegando la responsabilidad de nuestros  mayores en “papa estado” que muy gustosamente, ha recogido el testigo. El mismo, que si la paguita de la abuelita no llegaba para pagar la residencia, ley de Dependencia, colaboraba para solventarlo. Nuestro actual modo de vida nos impide devolver algo de lo muchísimo que nos han dado nuestros padres, llegado el momento. El actual modelo de sociedad, nos impone ingresar  mucho, para mejorar nuestro estatus social, vasado fundamentalmente en la imagen que proyectamos a los demás  y no en nuestra felicidad, y nuestros mayores pueden ser un obstáculo. Otras veces es porque pueden molestar para llevar nuestra vida en”familia” sin darnos cuenta, lo que les estamos enseñando a nuestros hijos y para que en un futuro lo puedan hacer con nosotros, o simplemente nos molestan, no queremos dedicar tiempo ni energías a su cuidado, son muchos los que solo se acuerdan de los malos momentos que nos hicieron pasar, siempre los hubo.

Hoy los periodistas críticos con el poder, que en general, lo está haciendo fatal, al errar la dirección de la crítica, vocean la situación que viven nuestros mayores en esas residencias. Sin entrar de lleno en el funcionamiento de las mismas, en vez de pedir responsabilidades a los hijos, ahora les interesa más el llanto de estos. Ya llevamos muchos años viendo como actúa la gente en los trabajos en los que no tienen motivación, donde se limitan a echar atrás su jornada, escaqueándose todo lo que pueden o intentando que le afecte lo mínimo posible en su actividad vital. Pero esto solo lo vemos cuando nos afecta directamente a nosotros. Los trabajadores de las residencias, mas trabajadoras que trabajadores, es posible que sean de los que más implicación y complicidad tengan con su trabajo, con los mayores, pero héroes tampoco son. Después del miedo y el alarmismo que han fomentado desde el poder, era más que previsible, la situación que se ha dado en estos centros.

Faustino.
Publicado en eldiestro.es

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