TODO DERECHO CIUDADANO QUE CONLLEVE
OBLIGACIONES PARA TERCEROS DEJA DE SER UN DERECHO PARA CONVERTIRSE EN UNA
IMPOSICIÓN O PRIVILEGIO
La irrupción del partido VOX en el
parlamento andaluz, porque así lo han querido los andaluces, ha dado lugar a
que se abra el debate sobre la Ley de Violencia de género, debate que estuvo
vetado hasta entonces. Crear la más mínima duda sobre la ilegalidad e inconstitucionalidad de la citada ley, daba
lugar a que se tachara de machista, homofobo, xenófobo y otros adjetivos que
están permanentemente en la boca de los defensores de la misma. El slogan más
escuchado en las recientes manifestaciones en contra de la voluntad popular de los grupos
de izquierda, aunque más bien definiría como grupos subvencionados, ha sido “Ni
un paso atrás en igualdad y en nuestros derechos”.
Llevamos
muchos años en que muchos colectivos con el apoyo de los que gobiernan tratan
de equiparar privilegios a derechos. Desgraciadamente la gran mayoría de los que
defienden esta equiparación, tienen una característica común, todos cobran de
lo público. Ninguno de estos defensores le da por pensar que para que ellos
trabajen una hora menos en lo público, alguien en lo privado la tiene que
trabajar de más o que cada vez que piden un aumento de sueldo conllevará una
disminución en los ingresos de alguien en la empresa privada. Cualquier otra
mejora de estos defensores, pasa por más trabajo y menos sueldo en el sector privado
“Todo derecho ciudadano que conlleve obligaciones para terceros deja de ser un
derecho para convertirse en una imposición o privilegio” No creo que haga falta
recordar en que regímenes políticos se dan este tipo de imposiciones. Nadie se
pregunta ni es motivo en los medios de comunicación, cada vez que se suben los
impuestos, el daño que se hace a colectivos que ya malviven y trabajan
muchísimas horas todos los días, además de la pérdida de derechos que les
conlleva para que otros tengas más “derechos”.
Si hay
una ley que vulnera la igualdad es precisamente la ley de violencia de género, inconstitucional
desde la primera letra hasta el punto final al vulnerar el articulo numero
catorce sobre derechos fundamentales, en el que se dice
claramente que no se discriminará por cuestión de sexo. Una ley que elimina la
presunción de inocencia de un hombre ante la simple acusación sin pruebas de
una mujer, un derecho que es fundamental en todas las cartas de Derechos
Humanos aprobadas en todo tiempo y en todo el mundo. Debo de recordar que en
nuestro ordenamiento jurídico, existen los conceptos de atenuantes y agravantes
que ayuda a hacer aún más justas nuestras leyes. Nadie, ni siquiera en VOX ha
hablado de quitar derechos a las mujeres. Pero, lo que este colectivo denomina
derechos, no pueden ir en paralelo a la criminalización de los hombres y solo
por serlo. Antes de que en España existiera el lobby feminista, infinidad de
organismos de la OCDE de reconocido prestigio colocaban a España como uno de
los mejores países del mundo para ser mujer. Cuesta entender que un hombre como
es el juez Francisco Serrano, hoy portavoz de VOX porque así lo han querido los
andaluces, este estigmatizado por las
izquierdas y sus colectivos feministas. Si no fuera por lo ingratos que son los
pertenecientes a esas ideologías, este juez hoy, es posible que fuera el icono
de la defensa de las mujeres. Ha hecho por ellas mucho más que Clara de
Campoamor, que se limitó a presentar una ley en las cortes y al no prosperar se
exilió de España. Por cierto, ley que también votaron en contra las otras dos
únicas mujeres de la cámara junto con la mencionada y que por supuesto, eran de
partidos de izquierda.
En
definitiva; Seamos más justos, más honestos y menos egoístas. Es cierto que las
mujeres han sufrido abusos e injusticias quizás en mayor medida que los hombres
pero la solución es seguro que no pasa por criminalizar a la totalidad de un
colectivo que con sus luces y sus sombras y en una extraordinaria mayoría, ha
dejado patente a lo largo de la historia el amor, el respeto y la defensa de
las mujeres y que tampoco pasa, aún menos, por poner en paralelo criminalizar
con privilegiar.
Faustino Tomares.