Cada vez
estamos más desquiciados. Cada vez las multinacionales farmacéuticas ganan más con mayor venta de
toda clase de productos para nuestro estado anímico en sus múltiples formas.
Todo viene provocado porque cada día es más difícil la convivencia entre las
personas. El motivo es la fórmula de vida que
las multinacionales han impuesto.
Deben de saber
que todos los productos de alimentación envasados con los que nos alimentamos
en Europa están fabricados por más o menos diez multinacionales. De momento
quedan al margen los productos frescos, carnes, pescados frutas y verduras etc
pero es solo cuestión de tiempo. Deben de saber que otras más o menos diez multinacionales
de la distribución comercial se reparten casi la totalidad de la venta en todo
el mercado europeo. En España son cuatro o cinco. Deben de saber también que en
España casi todas las multinacionales que operan en todos los sectores, tienen
el mayor paquete de sus acciones en manos de los cuatro o cinco bancos que
tenemos. Así que háganse una idea de quién gobierna el mundo. Pues esta
situación que se da en España es equivalente a la que da en el resto de países
desarrollados del mundo.
Pero, como hemos
llegado a esta situación… Todo comenzó con la llegada del régimen actual que
padecemos. En el 78 la libertad inundó la España que acababa de salir de una
larga dictadura. Tuvimos quizás un par de legislatura donde nuestros dirigentes
buscaban prioritariamente el mejor futuro para la sociedad en un buen grado de
convivencia. Pero eso, solo fue un
triste reflejo. Pronto los políticos comenzaron a gobernar para el interés de
los propios partidos. El gobierno de España pasó a ser simplemente una coartada
para la financiación de esas grandes multinacionales en la que se convirtieron
los partidos gobernantes.
La
financiación de los partidos lo devoraba todo pues no dejaban de crecer. Una
vez se dieron cuenta que cuanto más grande eran las empresas más grande era el
bocado para el partido, la creación de grandísimas empresas fue el objetivo.
Forzaron la eliminación de las empresas medianas, unas veces mediante la
absorción entre ellas a grandes multinacionales y otras a su desaparición. El
resultado es el que ya conocen. Grandes oligopolios que funcionan en régimen de
monopolios saqueando al ciudadano para que a su vez estas grandes
multinacionales puedan financiar el régimen de corrupción en el que vivimos.
Nuestros políticos son ahora simples marionetas que publican en el boletín
oficial del estado o de la autonomía todo aquello que le imponen las
multinacionales con el fin de destruir, para absorber, cada vez más toda la
economía que se queda fuera del alcance de aquellas. Afortunadamente la
avaricia siempre ha roto el saco y día de hoy, el saco está a punto de
reventar. Podemos y debemos conseguirlo.
Faustino
Tomares.